Una historia triste...

Sentado en un escalón estaba él, pensativo, en una suerte de escape de la triste realidad que lo rodeaba. Enchufó los audífonos y procedió a retirar la cera de sus oídos -de una manera por demás desagradable- pensando que así oiría mejor su preciada cumbia villera. ¿Por qué la vida siempre lo golpeaba de esa manera? Se daba cuenta de que nada podía hacer ante la seguidilla de desgracias que le ocurrían, salvo mirar hacia adelante. Una luz apareció en su camino, pero se extinguió apenas él empezaba a disfrutar de la claridad que le brindaba. Recordaba haberse sentido así no muy atrás en el tiempo. Incluso recordaba haber tocado madera antes de decirse a sí mismo que no volvería a suceder. Pero sucedió. Para el pato celeste no va a ser lo mismo pelear por el tercer puesto, definitivamente. Sin embargo, le estará eternamente agradecido al loco Abreu por devolverle la ilusión por un instante.